La Diosa Leto
Leto es una figura importante en la mitología griega, conocida principalmente como la madre de dos de los dioses más poderosos del panteón griego: Artemisa, la diosa de la caza y la naturaleza, y Apolo, el dios de la luz, la música, la profecía y las artes.

Leto es una de las titánides, hija de los titanes Ceos y Febe, y se destaca por su gracia, serenidad y la dignidad con la que enfrenta las adversidades.
Origen y Familia
Padres: Ceos y Febe, ambos titanes.
Hermanos: Asteria, una titánide asociada con las estrellas y la adivinación.
Hijos:
- Artemisa: Diosa de la caza, la luna y la naturaleza.
- Apolo: Dios de la luz, la música, la profecía, la curación y las artes.
Mitos Principales
El Nacimiento de Artemisa y Apolo
El mito más famoso sobre Leto es su difícil embarazo y el nacimiento de sus hijos gemelos, Artemisa y Apolo. Leto quedó embarazada de Zeus, lo que provocó la furia de Hera, la esposa de Zeus. En su ira, Hera prohibió a Leto dar a luz en cualquier lugar que viera la luz del sol, y envió a la serpiente gigante Pitón para perseguirla y atormentarla.
Después de vagar por el mundo en busca de un lugar donde dar a luz, Leto finalmente encontró refugio en la isla flotante de Delos, que no estaba conectada a la tierra firme y, por lo tanto, no estaba bajo la prohibición de Hera. En Delos, Leto dio a luz primero a Artemisa, quien luego ayudó a su madre en el nacimiento de Apolo. Delos se convirtió en un lugar sagrado, especialmente dedicado a Apolo, y fue un centro de culto importante en la antigüedad.
La Venganza contra Níobe
Otro mito importante relacionado con Leto es el de Níobe, una reina que se jactó de ser superior a Leto porque tenía catorce hijos (los Nióbides) mientras que Leto solo tenía dos. Ofendida por esta arrogancia, Leto envió a sus hijos Artemisa y Apolo para castigar a Níobe. Apolo mató a los hijos varones de Níobe, mientras que Artemisa mató a las hijas. Este mito subraya la veneración y el respeto que se debía tener hacia los dioses y, por extensión, hacia Leto.
Atributos y Simbolismo
Leto es a menudo representada como una figura maternal, serena y digna. Aunque no es una diosa guerrera, su capacidad para soportar grandes dificultades y su papel como madre de dos de las divinidades más importantes del Olimpo la hace una figura respetada y venerada.
Sus atributos y símbolos incluyen:
La Palmera: Asociada con el mito de su parto en Delos, donde se dice que se aferró a una palmera durante el nacimiento de Apolo.
El Velo: A menudo representada con un velo, símbolo de su modestia y pureza.
Los Cisnes: Animales sagrados para Leto, asociados con la gracia y la serenidad.
Culto y Devoción
Aunque Leto no tenía un culto tan extenso como otros dioses y diosas del Olimpo, era venerada en algunos lugares específicos, sobre todo en Delos, donde se creía que había dado a luz a Apolo y Artemisa. En este santuario, se llevaban a cabo festivales y rituales en su honor. También se le rendía culto en Licia (en la actual Turquía), donde la leyenda dice que Leto transformó a los aldeanos en ranas después de que le negaran agua mientras huía de la ira de Hera.
Importancia en la Mitología Griega
Leto es un símbolo de la maternidad y la perseverancia frente a la adversidad. A pesar de las dificultades impuestas por Hera, Leto logró dar a luz y criar a dos de los dioses más influyentes del panteón griego. Su historia refleja la importancia de la resistencia y la dignidad, así como la veneración que se debe a los dioses y sus progenitores. Aunque no participa activamente en la política y las guerras del Olimpo, su legado como madre y protectora de Artemisa y Apolo asegura su lugar en la mitología griega como una figura de gran importancia y respeto.