Navidad en Perú: Pavo, Panetón y Regalos
Tradición peruana es cumplida con rigurosidad en cada Navidad. Como en todo el mundo en los países latinoamericanos se celebra la navidad, sin nieve, pero con árboles y nacimientos (pesebres o Belén) muy bien adornados representan la llegada del hijo de Dios a la tierra de los hombres.
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El espíritu de Navidad es aún más fuerte que la semana santa y que las fiestas de aniversario de la patria. En los días cercanos nos vemos saturados de canciones y películas sobre la Navidad y sobre el perdón, la unión familiar y arrepentimiento por nuestras acciones, aunque a todos no les llega este mensaje, pero al pueblo sí.
La noche de Navidad en Perú, es al igual de interesante que en muchas partes del mundo, las familias esperan con ansias las 12 de la noche, todos reunidos en casa con una mesa llena de manjares propios de la región, comienza el conteo final y el gran júbilo por las doce estalla en alegría, llegan los abrazos y los hermanos disgustados se abrazan, las peleas se olvidan, un “Feliz Navidad” invade las casas, los niños saltan de alegría, la música con los villancicos suena más fuerte y ensordece las melodías de los juegos de luces del árbol y el Belén.
Es Navidad, paz y amor, nadie pude escapar a ello, con el brindis es indiscutiblemente como se inicia el ritual de la cena, luego viene el tomar lugar en la mesa, en algunas familias se empieza con una ensalada fría y otras no, pero lo tradicional es la chocolatada, un ponche de leche con chocolate bien caliente, el delicioso panetón es un bizcochuelo grande con pasas y frutas que junto al pavo cocinado al horno hacen la trilogía de la cena navideña peruana.
Muchas variaciones de servir estos platos existen, pero en su integridad ellos no faltan en las mesas de los peruanos donde quiera que ellos se encuentren.
“Si no comes, no hay regalos” – se les dice a los niños y ellos devoran con rapidez sus platos. Qué increíble es tener niños en casa, ellos hacen la Navidad, su entusiasmo contagia y todos por un momento lo comparten.
Luego de la cena, se procede a ir todos a la sala de la casa donde se encuentra el nacimiento y el árbol; y debajo de él, los regalos que uno a uno se va entregando, los niños primero, luego los adultos y hasta la mascota recibo uno, si hay alguna.
En barrios seguros los niños salen a la calle con sus regalos a encontrarse con sus amigos y mostrar sus regalos, en la casa no hay fiesta, no hay baile, sólo sonrisas, historias y anécdotas de la familia, “la Navidad es reunión familiar”.
Al siguiente día, el desayuno es la misma chocolatada con pavo y panetón y en el almuerzo vuelve a reunirse la familia bajo la misma mesa… Ojalá ya no sirvan pavo...
Esta es mi historia de Navidad, ¿y la tuya?
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