Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos
El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos es una oportunidad para que gobiernos, empresas y ciudadanos se comprometan a reducir el desperdicio alimentario, promoviendo sistemas alimentarios más sostenibles y equitativos para combatir el hambre y proteger el planeta.
El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se celebra cada 29 de setiembre. Esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019 para crear conciencia sobre el impacto de la pérdida y desperdicio de alimentos en la seguridad alimentaria, el medio ambiente y la economía mundial.
El establecimiento de este día responde a la creciente preocupación mundial por el hecho de que grandes cantidades de alimentos se pierden o desperdician a lo largo de la cadena de producción, desde la recolección hasta el consumo final.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) juegan un papel clave en el impulso de esta fecha, destacando la necesidad de reducir el desperdicio de alimentos como parte de los esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 12 sobre producción y consumo responsables.
Objetivos
Concienciar sobre el desperdicio de alimentos:
Sensibilizar a la población mundial sobre la magnitud del problema del desperdicio de alimentos y su impacto en el hambre, el cambio climático y los recursos naturales.
Reducir las pérdidas y el desperdicio:
Fomentar la adopción de prácticas más eficientes y sostenibles a lo largo de la cadena de suministro alimentaria, desde los agricultores hasta los consumidores finales, para minimizar la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Promover sistemas alimentarios sostenibles:
Impulsar la transición hacia sistemas alimentarios que optimicen los recursos y reduzcan el impacto ambiental, asegurando que los alimentos producidos lleguen a quienes los necesitan.
Combatir el hambre y la malnutrición:
Asegurar que los alimentos que se producen se distribuyan de manera más equitativa, contribuyendo a la erradicación del hambre y mejorando la seguridad alimentaria mundial.
Proteger el medio ambiente:
Destacar cómo la reducción del desperdicio de alimentos puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso insostenible de agua y tierra.
Importancia
Impacto en la seguridad alimentaria:
Cada año, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde o desperdicia, mientras millones de personas sufren hambre. Reducir este desperdicio podría mejorar significativamente la seguridad alimentaria.
Consecuencias ambientales:
La producción de alimentos desperdiciados utiliza recursos naturales valiosos, como agua y tierra, y contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, exacerbando el cambio climático.
Impacto económico:
La pérdida de alimentos también tiene importantes implicaciones económicas para los productores, las industrias alimentarias y los consumidores, representando miles de millones de dólares desperdiciados cada año.
Cambio de hábitos de consumo:
Este día promueve la adopción de hábitos más conscientes y sostenibles entre los consumidores, quienes tienen un papel crucial en la reducción del desperdicio alimentario en los hogares.
Mitigación del cambio climático:
Al reducir el desperdicio de alimentos, se disminuye la huella de carbono de la cadena de suministro alimentaria y se contribuye a la lucha contra el calentamiento global.
Actividades
Campañas de sensibilización pública:
Se llevan a cabo campañas en medios de comunicación y redes sociales para informar a las personas sobre la magnitud del desperdicio alimentario y cómo pueden contribuir a su reducción.
Talleres y seminarios:
Se organizan eventos educativos, tanto para consumidores como para empresas del sector alimentario, sobre buenas prácticas para reducir el desperdicio de alimentos y optimizar los recursos.
Iniciativas comunitarias:
Se promueven iniciativas locales como bancos de alimentos, donaciones de alimentos y redes de distribución para asegurar que los excedentes lleguen a quienes lo necesitan.
Promoción de políticas públicas:
Se impulsa la creación de marcos legales y políticas que favorezcan la reducción del desperdicio alimentario y que incentiven la adopción de prácticas sostenibles en la producción y el consumo.
Acciones en la industria alimentaria:
Se alienta a las empresas del sector alimentario a mejorar la eficiencia en la cadena de suministro, minimizar las pérdidas durante la producción y distribución, y fomentar la reutilización de alimentos.
