África, entre adaptación forzada y esperanza frente al cambio climático
La adaptación al cambio climático es un gran desafío en el continente africano, pero las negociaciones para un acuerdo sobre el clima en París también constituyen una oportunidad para acelerar el desarrollo con energías limpias, estima Seyni Nafo, portavoz del grupo África.
La adaptación al cambio climático es un gran desafío en el continente africano, pero las negociaciones para un acuerdo sobre el clima en París también constituyen una oportunidad para acelerar el desarrollo con energías limpias, estima Seyni Nafo, portavoz del grupo África.
"África no emite casi nada - poco más del 3% de las emisiones mundiales -, por lo tanto el tema de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero no se plantea realmente", asegura en Bonn, donde se llevan a cabo las negociaciones sobre el futuro acuerdo.
"No estamos en la misma lógica que China, India e incluso Sudáfrica, donde deben 'descarbonizar' la economía. En la mayoría de los países africanos el sistema energético es embrionario", explica a la AFP este negociador de un grupo que representa a 54 países.
Nafo resume con franqueza la situación de su continente: "¿Cómo puede beneficiarse África de una dinámica de la diplomacia del clima, de una dinámica de las finanzas climáticas para avanzar en la erradicación de la pobreza y la financiación de su desarrollo?"
Y en concreto "cómo utilizar la promoción de las energías renovables para alcanzar estos objetivos". Según él, creando un mecanismo de apoyo a la energía renovable para el continente.
"África no sólo es la región con menos emisiones de gases de efecto invernadero y la más vulnerable, sino que también es la que tiene un mayor potencial de energías renovables y la tasa de acceso a la energía más baja", explica.
"La iniciativa (sobre las energías renovables) -asegura- puede ayudar a salir de esta paradoja".
- El Fondo Verde insuficiente -
En el otro apartado, el de la adaptación a las nuevas condiciones medioambientales, "no tenemos elección", asegura.
"Un país que no integre el cambio climático en la planificación de sus infraestructuras, de su agricultura, es un país que se prepara para pérdidas a medio y largo plazo", advierte.
Los países africanos, como todos los demás miembros de la Convención sobre el clima de la ONU, trabajan en la elaboración de una hoja de ruta o "contribución nacional" para luchar contra el calentamiento global.
Todos ellos deben presentar un informe antes del 31 de octubre. Por el momento Gabón y Marruecos son los únicos países del continente en haberlo hecho. A muchos de ellos les resulta difícil prever las necesidades energéticas y de adaptación para 2025-2030.
La financiación de las necesidades de adaptación en los países más pobres es uno de los temas más delicados en las negociaciones sobre el clima. Que firmen o no el acuerdo de París dependerá en parte de las garantías que reciban.
"Vale, hay el Fondo Verde, para proyectos prioritarios y a partir de ahora", con 10.000 millones prometidos hasta 2018, recuerda el negociador.
"Pero hacen falta recursos adicionales y en mayor proporción para después de 2020", fecha en la que entraría en vigor el futuro acuerdo.
Más allá de los compromisos financieros, "a largo plazo, la mejor adaptación consiste en un nivel adecuado de la reducción de las emisiones", insiste.
El objetivo del futuro acuerdo de París es establecer un marco que limite el calentamiento a 2°C, un tope más allá del cual la adaptación sería imposible en muchos lugares.
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