Cerdos genéticamente modificados podrían ser donantes de órganos
Un equipo científico consiguió modificar con éxito el código genético de los lechones para retirar infecciones virales latentes, un logro que podría allanar el camino hacia el trasplante de órganos de animales a humanos.
Un equipo científico consiguió modificar con éxito el código genético de los lechones para retirar infecciones virales latentes, un logro que podría allanar el camino hacia el trasplante de órganos de animales a humanos.
Su trabajo, documentado este jueves en la revista científica estadounidense Science, podría salvar vidas al reducir la lista de espera de órganos, que se incrementado en los últimos años.
Sólo en Estados Unidos hay actualmente unas 117.000 personas en la lista de espera de órganos, según las cifras oficiales, y cada día mueren 22 esperando un órgano.
Los genetistas de la Universidad de Harvard George Church y Luhan Yang, junto a un equipo de colaboradores daneses y chinos, colocaron células embrionarias modificadas en un cóctel químico que les hizo crecer y superar el efecto destructivo inherente al proceso de modificación.
Luego emplearon una técnica estándar de clonación para insertar dicho ADN modificado en células embrionarias, que entonces fueron implantadas en una madre sustituta.
"Antes de nuestro estudio había una gran incertidumbre científica acerca de si el cerdo (producido con esta modificación) era viable", dijo Yang, indicando que el equipo había producido ya 37 lechones libres de retrovíruses endógenos porcinos (PERVs, por sus siglas en inglés).
"Si es correcto, es un gran logro", estimó Joachim Denner, un experto en retrovíruses del Instituto Robert Koch de Berlín.
Los cerdos ya se utilizan en el xenotrasplante de válvulas cardíacas y de páncreas a humanos, pero este nuevo avance permitiría trasplantar órganos porcinos más voluminosos, que poseen un riesgo de transmisión vírica mayor.
Los investigadores aun necesitan modificar los genes de cerdo para evitar que se genere una reacción del sistema inmunitario humano y para prevenir interacciones tóxicas en la sangre.
Estos pasos "son probablemente más desafiantes", explicó Yang.
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