Ciudadanos búlgaros ofrecen cobijo a cigüeñas para protegerlas del frío

Cigüeñas entumecidas por el frío de este inicio de primavera glacial vieron cómo varios vecinos búlgaros les permitieron protegerse de las bajas temperaturas... en el salón de su casa.

"Antes de ayer, encontré cinco cigüeñas congeladas cerca de la carretera que lleva al pueblo. Las traje a mi casa, encendí el fuego y compré pescado", explicó Safet Halil, un residente de Zaritsa, en el nordeste de Bulgaria.

El miércoles, las aves, ya en mejor forma, seguían aprovechándose de la cama y de la modesta demora de Safet, aunque eso no impidió que le jugaran alguna mala pasada, según constató un fotógrafo de la AFP: "He recibido dos o tres picotazos en los brazos", bromeó este hombre, de 53 años.

El ejemplo de este empleado de limpieza desató una cadena de solidaridad inédita entre los habitantes del norte del país, afectado, como una parte de Europa, por una ola de frío glacial.

Unas 40 cigüeñas, con alas a menudo congeladas, habrían encontrado cobijo en las casas de estos vecinos, en garajes o instalaciones agrícolas.

La oenegé Green Balkans pidió el miércoles sin embargo "no tomar cualquier cigüeña", solo "las que se encuentran en peligro: heridas o con las plumas mojadas".

"Es la primera vez que se observan tantas cigüeñas en peligro en Bulgaria", declaró Hristina Klisourova, del centro de emergencias de Green Balkans.

"Nunca vi cigüeñas heladas, había oído hablar de ello a mi abuela", confirma Safet, que cree que este año, estas aves "llegaron demasiado pronto".

Espera mantenerlas en casa todavía unos días ya que "hace menos tres grados hoy y el tiempo va a degradarse".

El norte del país estará bajo alerta de nieve el jueves y el viernes.

Situada en el sudeste de Europa, Bulgaria registró en 2016 cerca de 6.000 nidos de cigüeña habitados, un millar más desde el último recuento en 2005.