EEUU: minidrones y satélites para tareas de ayuda en América Latina
Un diminuto drone que vuela en cualquier clima o un económico microsatélite que cualquier país podrá usar para restablecer las comunicaciones tras una catástrofe, son parte de las nuevas tecnologías presentadas por militares estadounidenses para sus misiones de socorro en América Latina.
Un diminuto drone que vuela en cualquier clima o un económico microsatélite que cualquier país podrá usar para restablecer las comunicaciones tras una catástrofe, son parte de las nuevas tecnologías presentadas por militares estadounidenses para sus misiones de socorro en América Latina.
La pequeña aeronave no tripulada, no más grande que una caja de zapatos, se eleva rápidamente sobre el salón con el sonido de un gran insecto, mientras graba con una pequeña cámara a los presentes, durante la presentación a la prensa este miércoles de los adelantos tecnológicos en la sede del Comando Sur en Miami, sureste de Estados Unidos.
En una zona de desastre, permitirá rápidamente identificar daños y evaluar la ayuda necesaria.
"A horas de un desastre o una crisis, los socorristas pueden usar el (drone) InstantEye en zonas afectadas para proveer imágenes de los daños y dar una idea clara de la situación", explicó el contralmirante Scott Jerabek, a cargo de las actividades, incluyendo humanitarias de rescate, que el Comando Sur realiza en su área de cobertura: América central y del Sur y el Caribe.
"Es la aeronave más ligera de la historia" y la primera no tripulada de pequeño tamaño que recibió certificación de las autoridades estadounidenses de la aviación, indicó Jerabek.
InstantEye pesa 400 gramos y sus cuatro pequeñas pero potentes hélices le permiten ganar altura velozmente y volar en cualquier tipo de clima, inclusive en medio de vientos huracanados. Además de cámaras posee sensores que le permiten identificar sustancias nocivas en un incendio o explosión.
- equipos económicos -
Este pequeño drone y las otras tecnologías presentadas tiene un denominador común: son de fabricación económica, para que puedan ser implementadas en países de bajos recursos de la región, explicaron autoridades del Comando Sur.
También le permite a los militares estadounidenses hacer un mejor uso de los recursos en medio de recortes presupuestarios, explicó a la AFP Juan Hurtado, encargado del desarrollo de nuevas tecnologías en el Comando Sur.
"Nuestro presupuesto se ha rebajado mucho en los últimos años. (...) La habilidad de tener tecnología que cuesta menos de fabricar y mantener es en beneficio de todos. Cuando identificamos qué tecnología vamos a trabajar, el costo es una variable a la cual le ponemos mucha atención", dijo Hurtado.
Esa máxima es especialmente evidente en el proyecto del nanosatélite SNaP, que permite restablecer rápidamente las comunicaciones tras un desastre natural.
Un satélite puede costar millones de dólares; el SNaP, cuando esté concluido, estará en el orden de los 150.000 dólares, según Hurtado.
- Prueba de fuego -
Algunos inventos ya tuvieron su prueba de fuego, como APAN, una plataforma que funciona como una red social y que sirve para coordinar la ayuda entre todos los grupos de rescate. Fue utilizada tras el terremoto de 2010 en Haití, que devastó una buena parte de la infraestructura del país y dejó 250.000 muertos.
APAN (All Partners Access Network, Red de acceso para todos los socios) permitió rápidamente compartir mapas e imágenes de zonas afectadas, llevar la ayuda médica a las personas más necesitadas y canalizar asistencia ofrecida por sectores privados, explicaron responsables del Comando Sur.
Otras innovaciones han sido probadas en ejercicios junto a países de la región, como Honduras, El Salvador y República Dominicana, entre ellas el sistema portátil de purificación Aspen Water 2000DM que permite obtener casi 7.000 litros de agua potable al día de cualquier fuente, inclusive agua salada, y mediante energía solar, o el CommCube, una caja satelital que permite las comunicaciones en zonas alejadas o dañadas, y que pesa 15 kilos.
Un par de inventos aún necesitan un poco de ajuste: un equipo de radio del tamaño de un teléfono portátil que traduce conversaciones en tiempo real a catorce lenguajes, tradujo mal una orden de la persona que hacía la demostración, que pedía un periódico y un bagel (rosca de pan).
Pero los encargados del equipo aseguraron que estaba más especializado en jerga médica y, efectivamente, el aparato tradujo correctamente varios simulacros de conversaciones entre rescatistas y personas afectadas por un desastre natural.
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