Desde Fráncfort (AFP)

El BCE da un primer paso hacia la normalización de su política monetaria

El Banco Central Europeo anunció el jueves que suavizaría su apoyo a la economía, a pesar de la propagación de la variante ómicron, al tiempo que se mantiene preparado para responder al aumento de la inflación.

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La sede del Banco Central Europeo, en la ciudad alemana de Fráncfort, en una imagen del 16 de diciembre de 2021 - AFP/AFP
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El Banco central Europeo anunció el jueves que suavizaría su apoyo a la economía, a pesar de la propagación de la variante ómicron, al tiempo que se mantiene preparado para responder al aumento de la inflación.

Las compras netas de deuda en el marco de su programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP), de 1,85 billones de euros (2,1 billones de dólares), se reducirán en el primer trimestre de 2022 y expirarán a finales de marzo, dijo la institución.

El programa, que se puso en marcha en 2020 para ayudar a la economía y a los mercados financieros a recuperarse del choque del covid-19, funciona actualmente a un ritmo mensual de unos 70.000 millones de euros (79.000 millones de dólares) de compras netas de deuda privada y pública.

El BCE dejó sin embargo abierta la posibilidad de prorrogar las compras netas o reactivar el programa si fuera necesario ante la "incertidumbre" sobre la evolución de la pandemia.

Para no dejar a los mercados sin liquidez de golpe, el BCE también ha previsto una dotación de compras adicionales después de marzo.

Esta cantidad se sumará al antiguo programa de recompra de bonos públicos y privados (llamado APP), que pasará a 40.000 millones de euros (45.000 millones de dólares) mensuales en el segundo trimestre de 2002, luego a 30.000 millones en el tercer trimestre, para volver a 20.000 millones de euros mensuales a partir de entonces, su ritmo actual.

"El progreso de la recuperación económica y el avance hacia el objetivo de inflación a medio plazo permiten una reducción gradual del ritmo de las compras de activos", dice el BCE en un comunicado, aunque "la acomodación monetaria sigue siendo necesaria".

- División de opiniones -

El BCE también rebajó el jueves su previsión de crecimiento del PIB de la eurozona en 2022 al 4,2%, pero la elevó al 2,9% para 2023, en medio de una ola de infecciones de coronavirus y escasez de componentes.

Los economistas de la institución monetaria prevén un crecimiento del 5,1% para 2021 y del 1,6% en 2024, dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa.

"La economía de la eurozona sigue recuperándose a pesar de una ralentización a corto plazo", vinculada en particular a la vuelta de las restricciones en muchos países, según Lagarde.

En cuanto a la inflación, elevó sus previsiones para 2021 y 2022 pero espera que vuelva por debajo del 2%, su objetivo a medio plazo, a partir de 2023.

El BCE prevé ahora que los precios suban un 2,6% en 2021 y un 3,2% en 2022, antes de estabilizarse en un 1,8% en 2023 y 2024, dijo su presidenta Christine Lagarde.

La cuestión de la normalización de la política monetaria suscita división de opiniones en el seno de la institución: los "halcones" quieren un rumbo menos expansivo, mientras que las "palomas" son partidarias de mantener un apoyo monetario sustancial ante la renovada incertidumbre, empezando por el posible impacto de la variante ómicron.

A diferencia de Estados Unidos, el BCE no ha dado ninguna indicación de que los tipos de interés vayan a subir pronto, y se mantendrán en su nivel más bajo a pesar de la inflación (4,9% en un año en la zona euro en noviembre).

Los bancos seguirán cobrando una tasa del -0,50% sobre una parte de los depósitos que confían al banco central en lugar de prestarlos a sus clientes.



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