El cocodrilo americano amenaza el pedigrà de su par cubano
Considerado en peligro crÃtico de extinción, el cocodrilo cubano está amenazado por la fogosidad de su par americano. Ante esta realidad, los cientÃficos se preguntan si no deberÃan simplemente dejar que la naturaleza decida.
Considerado en peligro crÃtico de extinción, el cocodrilo cubano está amenazado por la fogosidad de su par americano. Ante esta realidad, los cientÃficos se preguntan si no deberÃan simplemente dejar que la naturaleza decida.
Es el dÃa de caza de huevos en el parque de crÃa de cocodrilos de la reserva natural Ciénaga de Zapata, en el centro de Cuba.
En cada recinto donde los animales están en un régimen de semilibertad, un pequeño grupo de empleados, rodeado de nubes de mosquitos, localiza montÃculos de tierra donde las hembras esconden sus huevos.
El objetivo es extraerlos con cuidado y llevarlos a una incubadora, donde se multiplican las posibilidades de supervivencia de las nuevas crÃas.
Pero "robarle" los huevos a una mamá cocodrilo no es simple: el encargado de cavar en nidos trabaja en compañÃa de cinco hombres, armados con grandes palos para repeler a los reptiles de dientes afilados, que acechan ocultos bajo la hierba alta o emergen del agua con rapidez.
Los cocodrilos "son mucho más celosos a la hora de cuidar todos sus huevos", y "hay que tener mayor cuidado porque los animales te atacan", explica Gustavo Sauza, de 42 años, 23 de ellos trabajando como veterinario en el parque.
Transportados en bidones de plástico y cubiertos de tierra para evitar el calor y la luz, los huevos pasan de 80 a 85 dÃas en una incubadora, antes de eclosionar.
- SÃmbolo de Cuba -
Cada año nacen en el parque entre 500 y 1.000 crÃas de cocodrilo, lo que permite mantener la población en torno a 4.500 ejemplares y liberar un centenar a la naturaleza, donde se estima hay unos 3.000.
El cocodrilo cubano sólo existe en Ciénaga de Zapata, donde, sin embargo, es cada vez más frecuente la presencia de una especie vecina, el cocodrilo americano, que llega a las costas de la isla para reproducirse con él.
En esta zona pantanosa, uno de cada dos ejemplares ya es un hÃbrido.
Negro con partes amarillas, el cocodrilo cubano (Crocodylus Rhombifer) es más pequeño, de patas más largas y más agresivo. El americano (Crocodylus Acutus), presente en América Central, en la punta de Florida, en islas caribeñas como Cuba y hasta Venezuela, Colombia y Perú, es más tÃmido y de color más oscuro.
El primero nada en agua dulce, mientras que el segundo puede pasar del mar a los rÃos sin problemas.
Jorge Luis Monero, de 56 años y empleado del parque desde 1987, los distingue a primera vista.
Cargando entre los brazos un ejemplar joven de 4 a 5 años con un bozal, Monero asegura que en América no hay un cocodrilo que se parezca al cubano.
"Este ahora tiene los ojos verdes porque es pequeño", pero después se volverán negros. "En los cocodrilos americanos no cambia nunca, siempre va a tener los ojos verdes", explica Monero.
La especie cubana "simboliza la isla" de Cuba, que en su silueta "se parece a un cocodrilo", señala.
- Amenaza -
El cruce es una "amenaza" para el cocodrilo cubano, junto con la caza furtiva y la reducción de su hábitat natural, explica Etiam Pérez-Fleitas, de 42 años, especialista en especies exóticas del parque.
Lo que está en juego es la "pérdida de identidad", clasificada por la Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como en peligro crÃtico de extinción.
Para remediarlo, un estudio genético realizado en 2008 permitió excluir a los cocodrilos hÃbridos de la crÃa en el parque.
"Pero hay que recordar que la hibridación también ha tenido un papel en la evolución, en el surgimiento de nuevas especies", advierte Pérez-Fleitas.
Si el fenómeno es provocado por el hombre, hay que frenarlo, pero si es obra de la naturaleza, entonces puede ser que no haya que hacer nada.
Y el hÃbrido podrÃa ser una especie más resistente, combinando, por ejemplo, la agresividad del ejemplar cubano con la adaptabilidad del americano.
"Nuestras investigaciones se centran en encontrar evidencias que reafirmen que es una hibridación natural", que sólo ha sido acelerada por la actividad humana, como la construcción de canales en toda la isla, opina.
Los cientÃficos avanzan en sus investigaciones con cautela para evitar cualquier decisión precipitada. Ante una bestia que vive hasta 70 años en cautiverio, es mejor tener "planes a muy largo plazo", bromea Pérez-Fleitas.
Por el momento, es el cocodrilo cubano el que está siendo mimado, pero "¡quizá (...) dentro de 100 años, dirán que los hÃbridos son los que tenemos que conservar!".
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