Desde Buee (Ethiopia) (AFP)

Etiopía amplía la campaña de reforestación, pese a los tropiezos

Bajo una lluvia torrencial, cientos de agricultores se pasaron todo un día plantando 20.000 brotes de acacias en julio de 2019 en una ladera árida cerca de la ciudad de Buee, en el sur de Etiopía.

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Mujeres riegan plantas en un vivero en Buee, Etiopía, el 1 de junio de 2020 - AFP/AFP
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Bajo una lluvia torrencial, cientos de agricultores se pasaron todo un día plantando 20.000 brotes de acacias en julio de 2019 en una ladera árida cerca de la ciudad de Buee, en el sur de Etiopía.

Respondían así al llamamiento del primer ministro Abiy Ahmed de plantar 200 millones de árboles en un día, un récord que acaparó portadas de periódicos en todo el mundo.

Un año más tarde los resultados no están a la altura de las expectativas de los agricultores, reconoce Ewnatu Kornen, un funcionario local. La lluvia arrastró más de un tercio de los brotes y los supervivientes luchan por crecer en esta tierra poco fértil.

La decepción de los agricultores de Buee ilustra los escollos de la campaña de reforestación en Etiopía, un eje clave del programa Legado Verde de Abiy Ahmed, premio Nobel de la Paz 2019, para desarrollar el ecoturismo y transformar el país en una economía respetuosa con el medio ambiente.

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Agricultores etíopes cultivan árboles en un vivero en Buee, a unos 100 km de la capital, Adís Abeba, el 1 de junio de 2020 (AFP/AFP)

Ese día se plantaron unos 353 millones de árboles jóvenes -153 millones más que el objetivo fijado- en todo el país, según cifras oficiales. Se estima que 4.000 millones de árboles fueron plantados en Etiopía durante la temporada de las lluvias, es decir entre junio y septiembre.

El viernes, en una ceremonia en Hawassa, en el sur del país, el primer ministro abogó por plantar 20.000 millones de árboles en cuatro años. Esto supera el objetivo de 5.000 millones de árboles fijado para la temporada de lluvias de 2020.

Ambicioso y atractivo, el programa de reforestación etíope también es blanco de críticas.

En el extranjero, surgen dudas sobre la credibilidad de las impresionantes cifras del año pasado. Y algunos expertos cuestionan la organización y el seguimiento de esta campaña.

- 'Muy exagerado' -

"Lo esencial no son las cifras (...) sino la eficacia del programa de plantación", estima Negash Teklu, que dirige el Consorcio Etíope para la Población, la salud y el Medio Ambiente, un grupo de oenegés locales.

Teklu apoya la política de reforestación del primer ministro, pero sospecha que la tasa de supervivencia de los árboles anunciada por Abiy Ahmed en mayo (84% de los 4.000 millones plantados) es "muy exagerada". No se dispone de estudios independientes.

El activista también resalta la falta de pedagogía.

En Adís Abeba, por ejemplo, algunos plantaron árboles altos en medio de calles concurridas donde no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir, y otros introdujeron árboles ornamentales en bosques en las afueras de la capital.

En el futuro, dice Teklu, las autoridades tendrán que guiar mejor la distribución de los brotes y explicar a los ciudadanos cómo la reforestación puede mejorar sus vidas.

"No debería tratarse de una campaña de un día una vez al año. Sino de un enfoque que implique a cada ciudadano" todo el año, añade.

Belaynesh Zewdie, experta en bosques del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, sabe que estos proyectos pueden acabar mal sin el apoyo de la población.

A finales de los años 1980, bajo el régimen comunista del Derg, ayudó a plantar un millón de acacias en la región de Amhara, en el norte del país. Cuando el Derg cayó en 1991, los habitantes enfurecidos arrancaron los árboles de este proyecto impuesto por el gobierno central para cultivar la tierra, recuerda.

- Unir al pueblo -

En los últimos años, Zewdie ha trabajado en un proyecto que intenta, esta vez, aportar beneficios concretos a la población local. Además de emplear a 17 mujeres, el programa incluye, por ejemplo, la construcción de estanques para el ganado.

Resultado: hectáreas y hectáreas de árboles florecientes. "En poco tiempo, puedes cambiar muchas cosas", estima Zewdie. "Yo misma estoy impresionada cada vez que vengo aquí. Es increíble", agregó.

Aunque impuso el estado de emergencia en abril debido a la pandemia de coronavirus, Abiy Ahmed mantiene el objetivo de plantar 5.000 millones de árboles este año.

"El año pasado, todos respondimos al llamamiento nacional y logramos nuestro objetivo", declaró en Twitter, pidiendo a los etíopes que repitan la hazaña "respetando las medidas de distanciamiento social".

Con las próximas elecciones generales en mente (cuya fecha aún no se ha fijado), las autoridades esperan que la iniciativa ayude a superar las divisiones políticas y étnicas y "unir a nuestro pueblo", recalca Sileshi Degefa, director del jardín botánico Gullele de Adís Abeba.

En su opinión se han aprendido lecciones del año pasado. "Espero que plantemos las especies correctas en los lugares correctos", afirmó.



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