Filipinas reabre la turÃstica Boracay con nuevas normas para turistas y residentes
Filipinas reabrió oficialmente este viernes a los visitantes la isla de Boracay, tras seis meses de cierre, imponiendo nuevas normas para luchar contra la contaminación y los estragos causados por el turismo de masas.
Filipinas reabrió oficialmente este viernes a los visitantes la isla de Boracay, tras seis meses de cierre, imponiendo nuevas normas para luchar contra la contaminación y los estragos causados por el turismo de masas.
Al considerar que la afluencia masiva de visitantes habÃa transformado este rincón paradisÃaco en una "cloaca", el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ordenó en abril el cierre de la isla, la más popular del archipiélago.
Con la medida, se pretendÃa limpiar el sitio, poner orden a un desarrollo hotelero anárquico e incluso construir plantas depuradoras.
La nueva Boracay cuenta con nuevas reglas, como la prohibición de fumar o de beber alcohol en sus playas de arena blanca, asà como restricciones al número de turistas autorizados y al número de hoteles. Además, se están llevando a cabo obras de reforma.
Entre los primeros turistas llegados el viernes, algunos extranjeros no habÃan pisado nunca Boracay y lo hicieron atraÃdos por la idea de encontrar una isla limpia y menos congestionada.
"Cuando veÃa las fotos de los turistas en Boracay, como sardinas en lata, no me daban ganas de venir", contó a la AFP Josef Fuchs, un alemán de 61 años. "Pero creo que podré pasar unos dÃas agradables aquÃ".
Otrora destino predilecto de los moteros, la pequeña isla de las Visayas no mide más que 10 kilómetros cuadrados. A lo largo de las décadas se ha ido remodelando para albergar hasta dos millones de visitantes anuales.
En temporada alta, podÃan llegar a alojarse en la isla al mismo tiempo hasta 40.000 turistas.
- 400 hoteles y restaurantes menos-
A partir de ahora, la isla solo podrá acoger a 19.200 turistas al mismo tiempo, una cuota que las autoridades pretenden hacer respetar mediante controles.
Seis meses después del cierre, Boracay dispone actualmente de un número inferior de establecimientos de ocio. Han cerrado 400 hoteles y restaurantes acusados de vulnerar la reglamentación medioambiental, además de los tres casinos de la isla.
El gobierno también expulsó del litoral a masajistas, vendedores ambulantes, perros vagabundos e, incluso, a los emblemáticos escultores de arena. Se eliminaron las construcciones salvajes para crear una servidumbre de paso de 30 metros de ancho frente al mar.
Las compañÃas aéreas y los ferris también disminuyeron el número de trayectos en esta zona.
La ministra filipina de Turismo, Bernadette Romulo-Puyat, confÃa en que la "nueva" Boracay simbolice un "modelo de turismo sostenible" en Filipinas.
"Se trata de tener en cuenta las consecuencias de nuestras acciones sobre el presente y el futuro del medioambiente", declaró recientemente ante los medios.
La ministra también dijo que habÃa advertido a otros territorios muy turÃsticos del archipiélago, como El Nido, en el norte de la isla de Palawan, o la isla de Panglao.
La Fundación Boracay, que representa el sector turÃstico de la isla, no se ha expresado públicamente sobre la nueva normativa, pero se ha felicitado por el regreso de los turistas.
"Estamos contentos de que los trabajadores recuperen su empleo", declaró a la AFP la directora general de la Fundación Pia Miraflores. "Todo el mundo tuvo que realizar sacrificios durante estos seis meses", añadió.
El turismo de masas no es un problema exclusivo de Filipinas ni de los paÃses del Sudeste Asiático.
Las autoridades tailandesas también cerraron de forma indeterminada el acceso a Maya Bay, una bahÃa tailandesa que se hizo famosa con la pelÃcula "La playa", protagonizada por Leonardo DiCaprio.
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