Desde San Felice sul Panaro (Italia) (AFP)

Gianni Bellini, el mayor coleccionista del mundo de cromos de fútbol

Viejas portadas de diarios deportivos recubren las paredes, las estanterías de su armario están repletas de imágenes de jugadores, así como su mesa, donde todavía quedan paquetes por abrir... Bienvenidos a la casa de Gianni Bellini, el mayor coleccionista del mundo de cromos de fútbol.

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El coleccionista de cromos de fútbol Gianni Bellini posa con un gran número de cromos en su despacho en San Felice sul Panaro, Italia, el 18 de julio de 2018 - AFP/AFP/Archivos
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Viejas portadas de diarios deportivos recubren las paredes, las estanterías de su armario están repletas de imágenes de jugadores, así como su mesa, donde todavía quedan paquetes por abrir... Bienvenidos a la casa de Gianni Bellini, el mayor coleccionista del mundo de cromos de fútbol.

¿Su tesoro? 4.000 álbumes completados, cerca de dos millones de estampas, y unas 400.000 que le quedan por pegar.

"Cada día paso al menos entre 4 y 6 horas, tras regresar del trabajo y ocuparme de mi nieto, al que voy a buscar a la escuela", señala Bellini a la AFP. Su horario de coleccionista empieza habitualmente a las 18h30 y llega a la medianoche entre semana. Los sábados y los domingos tampoco da la espalda a su afición.

- Inicio a los 13 años -

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El coleccionista de cromos de fútbol Gianni Bellini posa con el álbum de cromos del Mundial-1970 en su despacho en San Felice sul Panaro, Italia, el 18 de julio de 2018 (AFP/AFP/Archivos)

Este tipógrafo de 54 años vive en San Felice sul Panaro, en el norte de Italia, a unos 30 kilómetros de Modena, el feudo de Panini, el más popular fabricante de cromos del mundo.

Su colección la comenzó a los 13 años, antes de abandonar con unos 17 debido a que le dio prioridad "a las chicas", explica. Pero después de casarse a los 19 retomó la afición y no la volvió a dejar.

Publica anuncios para cambiar cromos y álbumes en revistas de todo el mundo, de Onze a Football International.

"Recibo unas 600-700 cartas al mes, así comencé relaciones por correspondencia, amistades que han continuado 30 años después", explica sonriente.

Su mujer Giovanna, ausente de la casa la mayor parte de la semana debido a su trabajo, soporta de buena manera la pasión de su esposo.

"Le apoyo y estoy también contenta. Gracias a esto está siempre en casa, bajo control y no en el bar", bromea, recordando que a ella también le gusta el fútbol.

Todos los días Gianni entra en sitios de venta en línea para chequear posibles novedades en el mercado y se ocupa de responder a las peticiones que recibe.

"Envío unos 5.000 emails por año", explica, mostrando su interminable agenda. Su gran colección también la tiene archivada en un ordenador.

Esta vez abre un paquete que llega de México. "La emoción es tener por fin el álbum en mis manos, pero una vez esta emoción pasa, ya piensas en el próximo álbum", comenta.

- 'Cada paquete es un tesoro' -

Bellini gasta en su pasión entre 4.000 y 5.000 euros al año y posee el equivalente a dos casas entre álbumes e imágenes, bajo estrictas medidas de seguridad y conservación, a una temperatura de 23 grados. Y nada está en venta: "El verdadero coleccionista compra, cambia, pero no vende".

Su álbum preferido es el de la Copa del mundo de México 1970, escenario de la epopeya final del Brasil de Pelé y "primer álbum internacional de Panini".

Por otro lado, el álbum del campeonato de Egipto de 1986 le dio sudores fríos. Lo perdió cuando lo envió a traducir y no encontró otro ejemplar hasta 20 años más tarde.

Además del deporte, considera a los cromos una forma de "cultura" porque "a través de los años se ven los cambios en los peinados, en las camisetas".

La sede de Panini es para Bellini una segunda casa. Compra directamente álbumes y cromos.

Pero la casa de ediciones italiana solo representa la mitad de su colección -existen otros fabricantes, como Topps, que tiene los derechos para los álbumes de la Liga de Campeones-. Para Bellini Panini "es la mejor".

El coleccionista italiano expone regularmente su colección y trabaja en la creación de un museo en Chiasso (Suiza), que tiene previsto abrir a mediados de 2019.

Ahora busca transmitir su pasión a su nieto de siete años, aunque no quiere ponerle las cosas fáciles.

"Debe comprender que tiene que comprar un paquete, cambiar los cromos que le faltan con sus amigos... Abrir un paquete es como un tesoro, no sabes si vas a tener el cromo que te falta, eso es lo bonito", subraya.



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