La banquisa del Ártico registra su menor extensión para un mes de octubre
La superficie de la banquisa ártica registró su superficie más pequeña para un mes de octubre, según datos presentados este miércoles por el Instituto meteorológico danés DMI.
La superficie de la banquisa ártica registró su superficie más pequeña para un mes de octubre, según datos presentados este miércoles por el Instituto meteorológico danés DMI.
"La superficie de la banquisa ártica es la menor jamás registrada para la temporada", indicó a la AFP Rasmus Tonboe, experto del DMI.
Según datos satelitales preliminares, su superficie era de 6,5 millones de kilómetros cuadrados el 27 de octubre.
"El crecimiento de la banquisa es más lento de lo habitual", agregó el científico, que habla de un mes de octubre "récord" desde el inicio de las mediciones satelitales en 1979.
Para los meses de octubre, la capa glacial se redujo un 8,2% en una década.
La razón es un mar más caliente de lo habitual que impide la formación de hielo con temperaturas superiores a lo normal de 2 a 4 grados en la parte oriental del Ártico en el norte de Siberia, y de 1 a 2 grados más en la bahía de Baffin, entre Groenlandia y Canadá, según los datos presentados por el DMI en un comunicado.
Ya en septiembre el tamaño de la banquisa fue el segundo menor jamás registrado, luego del de 2012, con 4,2 millones de km2 el 8 de septiembre.
Desde los años 1990, el calentamiento es dos veces más rápido en el Polo norte que en otras partes del planeta. Aire, hielo y agua interactúan en un círculo vicioso de calentamiento.
La banquisa es el hielo que se forma sobre el agua. Todos los años, una parte se derrite en verano, alcanza entonces 5 millones de kilómetros cuadrados y se recupera en el invierno, de manera normal, para alcanzar unos 15 millones de kilómetros cuadrados, pero con el calentamiento climático se derrite cada vez más en verano, y su superficie en invierno se reduce también.
Los satélites observan de manera muy precisa esas superficies desde 1979, y la tendencia a la reducción es clara.
Para Tonboe, el mes de octubre estableció un "récord" nunca superado desde hace 41 años.
- Calentamiento de los mares -
"Es una tendencia que constatamos en los útimos años con una temporada más larga de agua libre, lo que hace que el sol caliente el mar por más tiempo, lo que causa inviernos más cortos y el hielo no crece tanto como antes", resume Tonboe.
En septiembre, la talla de la banquisa registró muy bajo nivel con su segunda superficie más pequeña jamás registrada, después de 2012. El 8 de septiembre, medía 4,2 millones de kilómetros, según el investigador.
Recientemente, el responsable de una expedición científica de 389 días al Polo Norte, en la que participó Tonboe, lanzó un llamado urgente para tratar de salvar la banquisa de verano, que "está desapareciendo".
Señaló que en verano se ve una capa de "hielo derretido, delgada, frágil", y "superficies de agua líquida hasta la línea del horizonte".
El derretimiento de la banquisa no contribuye directamente al alza del nivel de los océanos, porque el hielo está ya sobre el agua. Pero contribuye indirectamente, y tiene "un impacto en el sistema del clima", dijo en septiembre a la AFP Claire Parkinson, climatóloga de la NASA, cuyos satélites miden los hielos de los polos.
De esa manera, menos haya hielo, menos rayos solares se reflejan y son más absorbidos por los océanos, lo que los calienta.
- Región estratégica -
Durante los últimos 40 años, ha habido cada vez menos banquisa en el Artico, y solo cubre ahora algunas zonas marítimas una parte del año, como es el caso en el mar de Barents, en el norte de Noruega.
Esto abre nuevas vías marítimas, que desempeñarán un papel creciente en los intercambios internacionales y acelerará la codicia sobre las potenciales riquezas.
La región puede en efecto tener 13% de las reservas de petróleo y 30% de gas natural no descubierto aun en el mundo.
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