Desde Washington (AFP)

Nave de la NASA lista para estrellarse contra un asteroide para desviar su trayectoria

La NASA intentará este lunes algo que nunca antes se había hecho: desviar la trayectoria de un asteroide estrellando contra él una nave kamikaze, en una prueba de defensa planetaria que debería permitir proteger mejor a la Tierra de una eventual amenaza futura.

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Cartel sobre la misión DART en el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins en Laurel, Maryland, antes de la misión de prueba del 26 de septiembre de 2022 - AFP/AFP/Archivos
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La NASA intentará este lunes algo que nunca antes se había hecho: desviar la trayectoria de un asteroide estrellando contra él una nave kamikaze, en una prueba de "defensa planetaria" que debería permitir proteger mejor a la Tierra de una eventual amenaza futura.

La misión de redirección de asteroides DART (dardo, en inglés) despegó en noviembre desde California. Después de diez meses de viaje, la nave espacial debería chocar contra el asteroide Dimorphos a las 23H14 GMT del lunes, a una velocidad de más de 20.000 km/h.

La nave no es más grande que un automóvil y el asteroide tiene unos 160 metros de diámetro (la mitad de la altura de la Torre Eiffel).

Y, a diferencia de lo que ocurría en las películas "Armageddon" o "Don't Look Up", Dimorphos no representa un peligro para la humanidad de ninguna manera: su órbita alrededor del Sol pasa a solo siete millones de kilómetros de la Tierra en su punto más cercano.

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La NASA prueba método para evitar el impacto de grandes asteroides en la Tierra (AFP/AFP)

Aún así, "es importante hacer esto antes de que descubramos una necesidad real", dijo Andrea Riley, a cargo de la misión en la NASA.

El momento del impacto promete ser espectacular y podrá seguirse en directo a través del canal de la agencia espacial estadounidense.

No se trata de destruir el asteroide sino de empujarlo ligeramente. La técnica se llama impacto cinético.

Dimorphos es en realidad el satélite de un asteroide más grande, Didymos (de 780 metros de diámetro), que cumple su órbita en 11 horas y 55 minutos. El objetivo es reducir la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos en unos diez minutos.

Este cambio se puede medir con telescopios desde la Tierra, observando la variación de brillo cuando el asteroide pequeño pasa por delante del grande.

El objetivo puede parecer modesto, pero esta prueba es crucial para el futuro.

Se trata de comprender mejor cómo reaccionará Dimorphos, representativo de una población de asteroides bastante comunes, cuya composición exacta no se conoce. El efecto del impacto dependerá en gran medida de su porosidad, es decir, de si es más o menos compacto.

- Un cuadro por segundo -

Para alcanzar un objetivo tan pequeño, la nave se dirigirá de forma autónoma durante las últimas cuatro horas, como un misil autoguiado.

Su cámara, llamada DRACO, tomará en el último momento todas las imágenes del asteroide, cuya forma (redonda, oblonga, etc.) aún se desconoce. Lo hará a un ritmo de un cuadro por segundo, visible en vivo en la Tierra con un retraso de solo unos 45 segundos.

"Comenzará como un pequeño punto de luz y, finalmente, se ampliará y llenará todo el campo visual", dijo Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, donde se encuentra el centro de control.

"Estas imágenes seguirán llegando, hasta que dejen de hacerlo", agregó, refiriéndose al momento de la explosión.

Tres minutos después, un satélite del tamaño de una caja de zapatos, llamado LICIACube y lanzado por DART hace unos días, pasará a unos 55 km del asteroide para capturar imágenes de la colisión, que serán enviadas a la Tierra en las próximas semanas y meses.

El evento también será observado por los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que deberían poder detectar una brillante nube de polvo.

Luego, la sonda europea HERA, que despegará en 2024, observará de cerca a Dimorphos en 2026 para evaluar las consecuencias del impacto y calcular, por primera vez, la masa del asteroide.

- Encontrarlos a todos -

Muy pocos de los asteroides conocidos se consideran potencialmente peligrosos, y ninguno lo será en los próximos 100 años.

Pero "les aseguro que si esperan lo suficiente, habrá uno", dijo el científico jefe de la NASA, Thomas Zurbuchen.

Se han catalogado cerca de 30.000 asteroides de todos los tamaños en las inmediaciones de la Tierra (se les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir que su órbita cruza la órbita terrestre). Cada año se encuentran unos 3.000 nuevos.

Los de un kilómetro o más han sido avistados casi todos, según los científicos. Pero estiman que solo conocen alrededor del 40% de los asteroides que miden 140 metros o más, capaces de devastar una región entera.

Si DART no logra su objetivo, la NASA tendrá otra oportunidad dentro de dos años, pues la nave espacial contiene suficiente combustible para otro intento.

Pero si tiene éxito, será el primer paso hacia un mundo capaz de defenderse de una futura amenaza existencial.

"La Tierra ha sido golpeada por asteroides durante miles de millones de años y volverá a suceder. Como humanos, asegurémonos de vivir en una civilización donde podamos evitarlo", dijo Chabot.



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