Panamá: hidroeléctrica rechazada por indígenas iniciará cuando haya consenso
El proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco, detenido por incumplimientos ambientales y rechazado por indígenas, seguirá parado hasta que haya consenso sobre su ejecución, manifestó este jueves el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
El proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco, detenido por incumplimientos ambientales y rechazado por indígenas, seguirá parado hasta que haya consenso sobre su ejecución, manifestó este jueves el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
El mandatario se desplazó este jueves junto a varios ministros a Tolé, en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, para dialogar con indígenas y campesinos que se oponen al proyecto hidroeléctrico.
"Este es un gobierno de diálogo y consenso y esperamos que podamos llegar a decisiones importantes aquí. (Barro Blanco) no va a entrar en operación hasta que no se dé una conclusión al diálogo y todos estemos de acuerdo", dijo Varela antes de empezar la reunión.
El proyecto de Barro Blanco, financiado por los bancos DEG (Alemania), FMO (Holanda) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), lleva 95% de adelanto, pero desde febrero está detenido por órdenes del gobierno por incumplimientos de normas ambientales.
Indígenas Ngäbe-Buglé y campesinos del área rechazan la hidroeléctrica porque temen la pérdida de sus tierras y la destrucción del río Tabasará, del que se alimenta el proyecto energético en el suroeste del país.
Sin embargo, Varela, ha reiterado en diversas ocasiones que no se cancelará el proyecto aunque espera llegar a un acuerdo con sus detractores.
Tras la detención temporal, el Ejecutivo permitió realizar algunos trabajos de mantenimiento, ante el peligro de desborde de los ríos por las lluvias, pero algunos manifestantes impiden desde hace días acceder a las instalaciones.
La empresa panameña Generadora del Istmo S.A. (Genisa) ha advertido en varias ocasiones que si no se apuntala uno de los estribos de la represa hay una "amenaza creciente" para las comunidades aledañas ante la crecida de los ríos.
"Es un peligro. Con lluvias fuertes esa presa inconclusa puede representar riesgo", dijo Varela.
Los indígenas están divididos entre los que aceptan las conversaciones propuestas por el gobierno y los que insisten en la cancelación definitiva del proyecto.
"Todo es posible cuando hay voluntad y la cancelación de Barro Blanco es posible", dijo al canal Telemetro la dirigente Clementina Pérez, quien anunció protestas contra la hidroeléctrica.
La cancelación definitiva podría acarrear demandas millonarias contra el estado panameño, ya que según Genisa las pérdidas podrían superar los 130 millones de dólares.
Una vez en funcionamiento, la hidroeléctrica produciría 28 megavatios, según sus responsables.
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