Pesimismo en la UE y el Reino Unido de cara a un acuerdo posbrexit, que se sigue negociando
Las negociaciones continúan este fin de semana pero las probabilidades de alcanzar un acuerdo comercial posbrexit disminuyen, por lo que Londres y Bruselas manifestaron su pesimismo ante la posibilidad de superar sus diferencias antes del domingo, cuando vence el plazo que se fijaron.
Las negociaciones continúan este fin de semana pero las probabilidades de alcanzar un acuerdo comercial posbrexit disminuyen, por lo que Londres y Bruselas manifestaron su pesimismo ante la posibilidad de superar sus diferencias antes del domingo, cuando vence el plazo que se fijaron.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, se dieron hasta el domingo de plazo para llegar a un entendimiento pero, si no se produce un cambio importante entretanto, el comercio entre ambas partes podría tener que regirse según las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que conllevaría la implantación de cuotas y aranceles.
Boris Johnson, de viaje en el norte de Inglaterra, consideró "muy, muy probable" que las negociaciones terminen en fiasco.
Pese a las sombrías previsiones de los economistas, el jefe de gobierno afirmó que esa solución sería "maravillosa para el Reino Unido" y que el país podrá "hacer exactamente lo que [quiera] a partir del 1 de enero".
"Seguimos esperando", agregó no obstante, por si llegara una eventual "gran propuesta" o "un gran cambio" por parte de la Unión Europea.
El mismo pesimismo manifestó Ursula von der Leyen, quien dijo a los dirigentes de los 27 Estados miembros de la UE, reunidos en una cumbre en Bruselas, que había "pocas" esperanzas de alcanzar un pacto, según indicaron a la AFP varios participantes.
En cambio, reconociendo que "el estado de ánimo ahora mismo" tiende a una ruptura sin acuerdo, el primer ministro irlandés, Micheál Martin, recordó que "se hicieron comentarios similares hace más de un año con respecto al tratado de retirada" y al final hubo acuerdo.
El miércoles, tras una cena celebrada en Bruselas para intentar desbloquear la situación, Von der Leyen y Johnson constataron el alcance de las diferencias que los separan y se dieron de plazo hasta el domingo para decidir sobre el "destino" de las negociaciones.
Estas tropiezan en tres puntos: acceso europeo a zonas pesqueras en aguas británicas, la gestión legal de la futura relación y las normas de competencia para acceso al mercado único.
Sobre este último punto, el más espinoso, los europeos desean garantizar la armonía de sus normas sociales, medioambientales, fiscales o de ayudas públicas con el Reino Unido, para evitar casos de competencia salvaje.
- "Una sola voz" -
"Es normal que los competidores de nuestras propias empresas se vean expuestos a las mismas condiciones en nuestro propio mercado", explicó Von der Leyen en rueda de prensa.
Aún así, los europeos no prevén obligar al Reino Unido a adaptarse a cada uno de sus cambios legislativos, matizó.
Los británicos, que abandonaron oficialmente la UE el 31 de enero de 2020, "seguirían siendo libres, soberanos, de decidir lo que quieran hacer. Nosotros simplemente adaptaríamos las condiciones de acceso a nuestro mercado" en función de su decisión, señaló.
Sin embargo, Londres afirma que las propuestas de la UE no respetan su soberanía.
El lunes, el primer ministro británico solicitó conversar con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, a lo que estos se negaron.
"Hablamos con una sola voz", dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para explicar este rechazo.
En cualquier caso, la UE ya ha previsto medidas de emergencia por si no se llegara a ningún acuerdo, con el objetivo de mantener el buen funcionamiento del transporte terrestre y aéreo durante seis meses, siempre y cuando Londres haga lo mismo, y garantizar que los barcos pesqueros puedan acceder a las aguas de ambas partes en 2021.
En el Reino Unido, los círculos financieros también se preparan para un escenario de "no deal".
"Estamos trabajando desde el referéndum [sobre el Brexit] de 2016 para preparar el sistema financiero para un abanico de posibilidades, pero evidentemente concentrándonos en lo que llamamos una salida sin acuerdo, porque es la que tiene más implicaciones", declaró el viernes el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, citado por la agencia Press Association (PA).
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